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El día después

  • Foto del escritor: rivermibuenamigoarg
    rivermibuenamigoarg
  • 6 ago 2016
  • 3 Min. de lectura

Aquel cinco de agosto estaba tan lejos que parecía que lo habíamos vivido hace tan poco tiempo, ese día lluvioso en el Monumental. Todo fue tan lindo, como si Dios hubiera mandado una bendición desde el cielo, también el hincha de River que ya no estaba en este mundo que demostraba su acongojo desde ahí arriba. Ya pasaron 368 días desde que tocamos el cielo de América con las manos, donde fuimos más grandes que el mismo pico del Aconcagua.

Todos esos recuerdos quedaron atrás, también los jugadores y el proyecto de refundación es lo que está presente en los papeles de River. Ya está más que claro que se conservó una base para empezar a completar las piezas de un equipo que se renovó prácticamente en su totalidad. La puesta en marcha ya lo pudimos ver el domingo pasado contra Sportivo Rivadia, aunque sin desmerecer al rival, no se pudo apreciar mucho todo lo que Gallardo se pretende mostrar (por una diferencia abismal entre las categorías).

Yo creo que la prueba de fuego estará en el partido contra Independiente Santa Fe, un que no solo tiene un juego rápido, sino un nivel físico que generará un gran desgaste al Millo. Quizás un encuentro similar como aquel cruce contra Atlético Nacional por la Sudamericana. River no deberá prestarse al golpe a golpe porque sabe que lo puede perder, todo estará en bloquear la salidas del rival e intentar atacar con la nueva fórmula ofensiva que se está gestando, pero hoy en día tiene a Alario y D’alessandro como intocables.

Esta renovación que venimos hablando desde hace ratos también implicó la pérdida de varios jugadores por ventas o por simples rendimientos bajos. Esos ejemplos fueron González, Saviola, Mammana, Balanta, Vangioni, Barovero o Pisculchi, con todo lo que representan cada uno, más los últimos dos nombres que fueron participes de la historia reciente del club. Aún así toda prueba puede tener su visto bueno o su paso en falso, por ahora se presta para un aprobado, pero si se comienzan a pulir una serie de cosas.

El principal problema es la distracción, algo que se pudo apreciar contra Sportivo Rivadavia, con una defensa desmantelada ante el error a la hora de generar nuestro juego. La definición también es otro inconveniente, sobre todo en los momentos donde hay que dar un pase o una asistencia efectiva ante equipos que tienen un claro plateo defensivo al a hora que estamos atacando.

Por último y no por eso tienen a ser el menos importante es poder contrra restrar el planteo que mantiene el rival a la hora de poder buscar el avance a nuestro terreno con el juego aéreo y los pelotazos que sirven para saltar líneas, algo que evita la salida del juego de River. Seguramente fue la desventaja que más sufrió y sobre todo desde el segundo semestre del 2015 no puede solucionar porque siempre se dieron una serie de planes alternativos para tratar de suplir uno de los tres problemas mencionados.

También hay apuestas muy fuertes con las incorporaciones, sobre todo con Larrondo, un jugador con pasado en River que vino quizás para ser el acompañante de un Alario que no puede encontrar a su dupla en el ataque, como fueron Mora y Teo. El ecuatoriano Mina es otro ejemplo, un jugador con mucha altura que pueda suplir la pérdida de Funes Mori, que todavía no pudo generar un reemplazante para ese puesto. Lo cierto es que este River ya no se parece más al que fue campeón de América, hubo una renovación que ronda lo completo.

El día después ya está acá y todo lo demás quedó en los libros, en los recuerdos y sobre todo, en la retina de los hinchas y de una nueva generación que pudo ver al ‘’Millo como campeón de América’’. Lo de ayer ya pasó y lo que se viene es un proyecto para volver a donde estuvimos parados hace un año atrás.

01:08.

8/8/2016

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