¿Alcanzará el combustible?
- Iván Andrés Valdés
- 6 feb 2017
- 3 Min. de lectura
La derrota contra Lanús dejó tela para cortar en cuanto al rendimiento individual de algunos jugadores y sobre los puntos a resolver que todavía siguen en falta. Quizás con el diario del lunes queda claro que el resultado fue demasiado abultado para el desarrollo de un partido cerrado y con dos juegos bien marcados en ambos equipos. Aún así hay que destacar que el ‘’Granate’’ pegó cuando había que hacerlo y a River le faltó la fortaleza mental en los momentos para responder a los goles recibidos.

River carece de varios inconvenientes a la hora de defender, algo que ya viene siendo un dolor de cabeza desde hace tiempo y son los marcadores de punta. En el partido del sábado se vio como los delanteros encaraban sus ataques por ambos sectores, e inclusive sacando ventaja por desatenciones un tanto zonzas. Moreira sigue siendo un jugador que quedó en un rendimiento regular ya que puede colaborar en el ataque, pero en defensa sigue siendo su punto flojo.
Otro inconveniente es la falta de sociedades para generar juego: Nacho Fernández fue el principal atacante, pero sólo recibió ayuda de Mayada en el primer tiempo y de Driussi. Después con el correr del tiempo esas sociedades fueron desapareciendo y en consecuencia los delanteros quedaron a la deriva. Las llegadas más claras en el complemento se dieron con la participación del ex jugador de Gimnasia, pero también la resolución en los últimos metros se jugó una mala pasada.
Martínez sigue sin estar a la altura que amerita un 10 de River, sus pasos dentro de la cancha son cada vez más previsibles y sin sentido. Esto no hace más que exponerlo al jugador que tiene un bajo rendimiento (eso no quita que puede mejorar) y genera el mal humor de muchísimos hinchas, que ya le bajaron el pulgar desde hace bastante tiempo. Así mismo deja en claro que hay un hueco por tapar por el sector izquierdo y no existe un jugador que pueda acompañar a la generación de juego, un tema que ya hablé en el párrafo anterior.
Cada vez que Alario no está en la cancha se lo siente, es el delantero que le da pausa al ataque y el peso fuerte dentro del área, esto se nota en las finales y si queda alguna duda sólo hay que mirar el partido contra Rosario Central. Driussi necesita de un buen compañero para explotar, marcar la diferencia, algo que en el último encuentro lo sufrió. Primero tuvo que ver como la pelota pasaba por arriba ante los centro de Moreira y Mora (que sólo pudo conectar uno de cabeza), pero cuando tuvo la chance trató de definir pero con poca suerte.
El rendimiento colectivo despierta algunas incógnitas sobre el futuro de River, porque tendrá rivales complicados en la Libertadores. Así mismo deberá recuperar terreno en el torneo local, que atravesará por un nuevo cambio brusco porque volverá al formato de 20 equipos. ¿Al equipo le dará el físico para aguantar el trajín de partidos?, sobre todo por las horas de vuelo que deberá acumular en los viajes de Colombia, Ecuador y Perú (distancias considerables).
Lo bueno es que para fin de mes (si todo va bien), River recuperará a Larrondo y Lollo jugadores que pasaron más tiempo en la enferemería que en los entrenamientos. También los primeros minutos de Auzqui fueron bastantes positivos, porque le aportó el poder ofensivo que estaba escaseando en los minutos previos a su ingreso. Además y lo más importante es el rendimiento de Martínez Quarta en la defensa, más allá del error en el segundo gol y el penal mal cobrado presentó un juego aceptable.
Con todo lo vista contra Lanús y con la apretada agenda que se viene para River… ¿Alcanzará la nafta?
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6/2/2017


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