Iván, un ''nono'' sabio

Iván Alonso, un jugador que lleva emblemático apellido para la historia Riverplatesente, que fue mirado de reojo por su elevada edad al llegar a nuestro Club durante el año pasado. Desde Uruguay nos dijeron que ese detalle no importaba por ser un gran goleador, inclusive cuando me tocó investigar sobre el antes de su arribo a River. En aquel momento escuché muy buenos comentarios por parte de una hincha del Nacional, una institución al que le tiene mucho cariño y que lamentaba su salida de dicho club.

Autor de una serie de goles importantes en poco más de un año y medio, sin dudas el que quedará grabada en la retina del hincha será aquel de la final de la Copa Argentina. Un partido donde ambos equipos disputaban un golpe a golpe y el que anotaba el último gol se iba a llevar el último pasaje directo a la Copa Libertadores. En aquel momento fue criticado por no estar en el partido contra Boca en el Monumental, pero todo se recompensó con esa puntada con el pie derecho en el Mario Alberto Kempes luego de recibir un pase de Alario.

A pesar de no tener mucho rodaje en este último semestre, sus compañeros lo destacaron como una gran figura dentro del plantel, dispuesto a dar la mano en pequeños detalles. Los delanteros como Alario lo definieron como un profesional que siempre dio concejos y no tener problemas si su rendimiento estaba por debajo de la consideración del entrenador a comparación de otros jugadores dentro del mismo puesto. Él fue protagonista desde afuera y a pesar de sus lesiones, los hinchas le dieron su apoyo porque fue determinante en la última copa obtenida por Gallardo.

Aunque esta etapa no terminó de la manera que esperábamos, Alonso logró cumplir un anhelo que se le negó hasta los 37 años, obtener una Copa Internacional. Pero más allá de los logros deportivos que supo conseguir, lo más importante fue el trato que tuvo con todas las personas del mundo River. Quizás en la cancha no logró tener el protagonismo que deseábamos, pero con tan poco se metió adentro de nuestros corazones y hoy lo despiden de la manera que lo hacen.

¡Gracias Iván!