Error, problema y recuperación
- Iván Andrés Valdés
- 4 nov 2017
- 3 Min. de lectura
Pasaron cinco días después de la eliminación de la Copa Libertadores, quizás considerada como uno de los golpes más duros desde el inicio de esta etapa exitosa desde el 2014. Los momentos de calentura pasaron y los análisis del por qué ocurrió esto comienzan a tener un poco más de sentido, a comparación de los momentos posteriores a la pérdida del encuentro contra el ‘’Granate’’. Pero el fútbol tiene momentos de derrotas y oportunidades para volver a remontar la historial, por algún motivo el Súperclásico está a la vuelta de la esquina.

A River le bastó un poco más de 40 minutos para pasar de la tranquilidad a la pesadilla futbolística que vivió ante el equipo de Lanús, que hizo los méritos futbolísticos para salir del golpe del 2 a 0. Pensar que nada estaba perdido fue su mayor virtud, ante la pasividad del equipo que permitió las cuatro aproximaciones que terminaron en gol, el ‘’Millo’’ perdió con el ''Granate'' y contra otro rival: el mismo. Los méritos deportivos dieron el presente para poder cambiar la historia.
Tampoco hay que dejar de lado los errores que aparecieron ante la implementación del VAR, que en un principio parecía estar todo claro para utilizar e impartir justicia con él. Quizás fue el momento menos oportuno para probar este tipo de tecnología en instancias tan determinantes como estas, algo que también lo sufrió Atlético Nacional en el Mundial de Clubes y que desde ese momento arrastró discusiones. Quizás la instancia conveniente hubiera sido el inicio de alguna fase de menor importancia o un duelo amistoso para ponerlo en práctica.
Muchos se plantean ¿Éste sistema puede resolver lo que el árbitro no ve en la cancha? Sí, tranquilamente. El problema surge cuando hay otros humanos utilizando esta tecnología y siguen aplicando la subjetividad para analizar las jugadas, creo que no basta con tener seis, siete u ocho personas observando un monitor. La efectividad de este sistema tendrá sus frutos cuando haya un mayor entendimiento, tanto de los que manejan este proyecto hasta de los curiosos que vieron funcionar este proyecto.
Llegar a esta instancia mostró otra realidad en el equipo y que se viene hablando desde hace tiempo: la diferencia abismal existente entre los jugadores titulares y suplentes. Es verdad que River cuenta con jugadores sancionados como Martínez Quarta o Mayada, de jugadores que vienen con un trajín importante como Fernández o Ponzio, pero el gran lujo que tiene el equipo son los jugadores lesionados que todavía no pueden volver a las canchas. Sacando de lado a Mora, porque su tema pasó por un tema más fortuito, el equipo cuenta con un delantero titular y el resto que se encuentra por debajo de su nivel.
Aún así, el equipo tiene en una horas el partido que puede hacer recuperar parte del dolor ocasionado por el último encuentro. Un Boca que viene puntero, invicto y con la intensión de robarle una buena racha que justamente tiene River, me parece que este duelo tiene doble filo: ganar y llegar con la mejor cara al partido por Copa Argentina o seguir en el mismo estado que el martes por la noche. Los jugadores siempre mostraron fortalezas en los momentos que no parecían responder y esa es una buena cualidad que ellos supieron cosechar en este tiempo.
El encuentro contra el clásico rival siempre tiene una pisca especial, por lo que representa en la historia de nuestro fútbol y por lo que genera a nivel mundial. Aunque no nos demos cuenta y esto es un gran espectáculo, algo nuestro que muchos quieren presenciarlo en vivo, pero que pocas personas pueden. Ojalá que mañana haya un gran partido, primero por el lado de River y para empezar a finalizar un año cargado de competencia, además de movido por cuestiones extras futbolísticas.


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