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Gambetear y achicar distancia

  • Iván Andrés Valdés
  • 5 feb 2018
  • 4 Min. de lectura

Necesitábamos de una victoria como la del sábado para poder despertar y seguir manteniendo el horizonte de las copas en un lugar no muy lejano. El equipo debía demostrar una imagen de recuperación luego de una semana en que se habló de crisis, por la posición que River estuvo hace no menos de siete días. Siempre se habló de 18 puntos del líder del certamen pero nunca de la cercanía de 10 con el último de la tabla, esta fecha había que ganar y demostrando que no había tal problema como mencioné anteriormente.

A pesar de haber enfrentado a un rival inferior que estaba al igual que nosotros, con la necesidad de poder sumar, no hay que restarle importancia a esos tres puntos pero si seguir mostrando las falencias. Nuestro equipo genera, pero falla sobre los últimos metros como pasó en el primer tiempo y después, en este caso con un rival cansado, comienza a demostrar buenas cualidades apretando desde la primera línea del rival Una individualidad como la de Scocco permitió poder sacar esa soga al cuello que poco a poco se hacía más pesada mientras pasaban los minutos y no se podía convertir.

El sábado pasado también pudimos encontrar un poco de tranquilidad en nuestro arco, uno de los lugares que estuvo bajo una lupa constante porque pasaron los nombres y la seguridad no estuvo. Armani salvó pelotas sorpresas, ante un equipo que remató en dos oportunidades y tuvo una aproximación con un centro que salió a defender con total autoridad. Nuestro arquero tapó pelotas que complican un partido, sobre todo porque las situaciones llegaron en momentos inesperados, tanto el inicio como del primer y segundo tiempo.

En cuanto al papel en ataque, desde el final del semestre pasado pensé que lo mejor de la salida de Alario fue poder encontrar el gran nivel que tuvo Scocco. A pesar de sus cualidades dentro de su ex equipo, era un jugador que estaba destinado para ser una alternativa antes que una carta en el primer tiempo. No es la primera vez que sus individualidades, o vivezas sirven para poder abrir el marcador ante equipos que saben cómo complicarnos y ahora, la pelota parada volvió a ser una herramienta que nos permita sacar ventaja de ello.

Como mencioné en los párrafos anteriores, el problema de River está en los últimos metros: mantiene en un gran porcentaje la pelota pero las situaciones de gol fallan a la hora de definir. Quintero, la reciente incorporación, comenzó a mostrar algunas cualidades que permitieron pensar que podría ser la pieza clave para ser un nexo entre los sectores de elaboración y definición. En pocos minutos pudo generar una asistencia a Pratto, pases entre las líneas de los defensores que lo dejaron con una buena imagen en su debut.

También hay que considerar que ingresó cuando el partido estaba liquidado, por ende el equipo rival comenzó a perder efectividad en la forma de defender y en los pases. Pero el planteo actual lleva a una pregunta ¿Quién debería salir para que ingrese Quintero? Hoy parecería que Martínez es un jugador fijo dentro del esquema al igual que Ponzio, Enzo Pérez a pesar de tener una baja en su rendimiento, no es una interrogación para dudar de su continuidad. Quizás todas las miradas indiquen a que Nacho Fernández pueda ser ese jugador analizar por los malos desempeños que viene teniendo.

La vuelta de Mora sigue tomando importancia día tras día y más porque se convierte en una variante en el sector de ataque que cada comenzó a ser interesante. Con la llegada de Pratto y el gran nivel que demuestra Scocco seguramente formarán una buena dupla, además con el crecimiento a pasos pequeños de Santos Borré, junto con el uruguayo podremos tener un buen recambio. Esto sin considerar que viene ocupando un lugar en el sector derecho como lo vino haciendo previo a la lesión que lo dejó marginado.

Esta victoria fue importante pero una prueba importante se viene ante el próximo rival, Lanús. Quizás sea un equipo que no trae los mejores recuerdos dentro de la memoria a corto plazo, pero hoy en día parece un equipo debilitado con la salida de algunos jugadores y de su entrenador. Quizás ocurrió una situación similar como a River, después de la Libertadores se desinfló para, ahora volver a comenzar nuevamente y recuperar terreno en el campeonato local. Olimpo era un partido a ganar, eso ya quedó en el pasado, el ‘’Millo’’ debe seguir ganando para no perder el alcance de la Libertadores, que al parecer este será una de las metas.

Los primeros puestos no quedan muy lejos, si el primero, lo mejor que puede ocurrirnos en el corto plazo es seguir mejorando con el correr de los partidos, como lo anticipó Gallardo. Esa será lo mejor para empezar la fase de grupo de la Libertadores, ante contrincantes complicados y con autoridad. Tampoco hay que dejar de lado lo que tenemos a corto plazo, una final ante Boca en medio de un clima bastante picado en el entorno de nuestro querido fútbol argentino, entre cruce de palabras y desafíos entre los dirigentes e hinchas.

Ahora tenemos que volver a confiar.

22:09

5/2/2018

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