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Muchas alternativas y pocas respuestas

  • Foto del escritor: rivermibuenamigoarg
    rivermibuenamigoarg
  • 5 mar 2018
  • 4 Min. de lectura

Ante los problemas con el funcionamiento, que comenzaron desde el primer amistoso de pretemporada, las variantes fueron de pura costumbre con el correr de los partidos. Desde la posición del arquero hasta los principales atacantes sufrieron esa rotación sin importar el rival aunque si su rendimiento individual que tanto se destacó. Desde hace varias semanas todavía seguimos esperando ese ‘’famoso partido’’, que tanto Gallardo menciona, para comenzar a despegar y recuperar terreno en las competencias, sobre todo en el campeonato local.

Hoy en día, River parece un colador dentro del sector defensivo porque gran parte de los rivales tienen la referencia de atacar por algún sector donde queda un espacio. El área preferida parecería ser entre los huecos entre los marcadores de punta y los zagueros centrales, sobre todo entre Pinola y Sarachi. La rotación de nombres tuvieron una gran combinación con los ingresos de Casco, Maidana, Pinola; estos últimos rotando en la zaga central; Montiel e inclusive Mayada por el bajo rendimiento del anteúltimo jugador citado.

Si en el párrafo anterior mencioné las rotaciones en la defensa, el sector medio del campo de juego no es la excepción ante este análisis. El equipo sufre de constantes desbordes ante la falta de jugadores que ocupen un papel defensivo, es decir no hay un equilibrio para mantener un ataque. Ponzio, con su mayoría de edad y con espíritu, Zuculini en algunas oportunidades tienen que correr de atrás de los atacantes del otro equipo porque casi siempre saben aprovechar las jugadas de contraataque, muchas veces siendo tres o cuatro contra cinco o seis rivales.

La línea de ataque que ocupan De la Cruz, Fernández, Martínez, Enzo Pérez y ahora con Mayada hace lo fundamental: generar el juego, para avanzar en los últimos metros pero fallan en el último pase. A pesar de gestar y profundizar el ataque, el equipo contrario sabe como cerrarse, provocando que muchas veces se tenga que buscar otro sector para llevar a cabo este ataque. Esto muchas veces provoca una cosa: el error, tanto con los pases desacertados como con las malas opciones entre buscar una sociedad o seguir manteniendo la pelota con individualidades.

River desperdicia a Quintero, el jugador que es más efectivo a la hora de jugar en los últimos metros, jugando volcado por el sector derecho. Allí crece la imposibilidad de poder lucirse, además genera más lucha por la banda, buscando gambetear para encontrar su perfil y cuando llega esa oportunidad ya tiene que evaluar otras alternativas de pase. El uruguayo De La Cruz todavía sigue sin afianzarse en la titularidad y muchas veces pierde en el juego físico a la hora de disputar o va directo al choque.

La posición de los delanteros, ante la sorpresa de muchos, también comienza con la combinación de nombres: Pratto-Scocco, Mora-Pratto, Mora-Scocco, son alguno de los casos más utilizados. Pero ayer se dio una situación curiosa, Gallardo cambió a los dos delanteros titulares por suplentes ante la falta de gol que se daba sobre el final del partido, esta variante sorprendió inclusive porque el ‘’oso’’ estaba siendo el jugador con más presencia con la pelota. Parecería ser que el nombre más destacado está en Mora y su vuelta que tuvo tanta importante que por momentos es el único que mueve al equipo.

Dicen que un arquero de equipo grande salva al equipo, inclusive aunque el rival tenga una sola oportunidad de gol, pero Armani se ve superado ante la falta de efectividad que tienen sus compañeros en defensa. Muchas veces los salva por los errores, algunos de ellos desde la salida, y otros como el de ayer se vuelven imposibles de salvar como el gol de Chacarita o el del Flamengo del miércoles pasado. Hoy, Franco junto con Mora son los únicos nombres que pueden evitar las críticas en un panorama que se llena de dudas y pocas certezas.

Ya con el torneo fuera del alcance de la mano, y mientras más se siga perdiendo terreno con los puntos pasará lo mismo con la próxima Copa Libertadores. Hoy el objetivo directo es llegar al partido contra Boca, un duelo que será dentro de nueve días pero que sin embargo ya se juega desde el mes de diciembre. River está dubitativo, sin funcionamiento y con la vulnerabilidad tanto táctica y mental de saber que un ataque rival equivale a medio gol si los jugadores están mal posicionados.

Todo lo queda es apelar a ‘’ese fuego sagrado que tanto mencionan en los medios’’, pero la realidad es distinta. El puesto de River en la Súperliga es preocupante, más porque muchos partidos pudieron tener otro destino de victoria, a pesar de las nulas posibilidades de estar en los primeros puestos. En la Libertadores parecería que el resultado del empate fue más que positivo por la manera que se dio el resultado ante un rival que careció de efectividad para atacar.

¿Cuáles serían los motivos para pensar que el equipo de Gallardo puede superar a Boca? La razón de ser un partido distinto a todos los demás. Otro es esperar un duelo que les permita poder soltarse y despegar tanto con los rendimientos individuales o colectivos. Pero ¿qué le juega en contra? La poca efectividad de conseguir los resultados, la falta de una base dentro del equipo junto el bajo nivel de sus figuras que pueden marcar la diferencia. Los nombres siguen cambiando, pero las respuestas son pocas.

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