Efecto Súpercopa
- Iván Andrés Valdés
- 29 abr 2018
- 4 Min. de lectura
Hace no menos de dos meses, Marcelo Gallardo había mencionado una frase que sin dar vueltas decía que la final de la Súpercopa podía marcar un antes y un después. En aquel contexto, River acumulaba frustraciones, pocas respuestas ante el presente que estaba viviendo y los números para pelear el torneo se hacían cada vez más imposibles de alcanzar. En el momento de la verdad, el duelo terminó de la manera que todos sabemos, en consecuencia, los números empezaron a cambiar, a tal punto que hasta el momento nunca perdió desde aquel encuentro contra Boca.

Siete victorias y dos empates son los números que el ‘’Millonario’’ maneja desde el encuentro contra Flamengo, hasta el último contra Emelec por Copa Libertadores. Resultados más que positivos porque se pudo acomodar, medianamente, en la tabla del campeonato local y estar puntero hasta el partido del jueves ante Santa Fe de Colombia. La senda de marcadores a favor llegó a poner en la lupa los rendimientos de varios jugadores, tanto de forma positiva, como del otro extremo.
No hace falta mencionar el papel que Armani viene teniendo y los logros a nivel personal que viene cosechando desde su corta estadía en el Club. Mantuvo una racha de prácticamente 620 minutos sin recibir goles, rompiendo otras marcas de arqueros históricos como Barovero o Comizzo. Sus intervenciones hicieron ponerlo en los primeros planos y como posibilidad de integrar la listra preliminar del Mundial, a disputar un puesto con otros jugadores de su posición como Caballero o Marchesín, las dudas de Sampaoli.
Javier Pinola, el central que vino para ser titular tuvo rendimientos que hicieron desear, esto ocasionó perder la titularidad en varios compromisos. Hoy comienza a consolidarse, jugando de segundo marcador, y el propio jugador reconoció que se siente más cómodo dentro del equipo, con la confianza que siente a su alrededor. Su presente no sólo está acompañado con buenos rendimientos, también por goles en momentos que el equipo no encontraba la apertura del marcador, tanto en torneo local y copa.
El caso de Lucas Pratto es diferente, quizás su crecimiento comienza a darse a cuenta gotas, pero la lupa está más apuntado a él por ser la compra más cara de River. A pesar que los goles no llegan como pasó con Scocco, sus participaciones en las elaboraciones de jugadas empiezan a tener su presencia, tanto en las asistencias como en la finalización de las mismas. Cuatro goles en más de diez partidos parece poco, para un delantero de su jerarquía, pero los momentos también fueron determinantes.
A pesar de tener números positivos, hay otros jugadores que no están en su mejor nivel y los compañeros que están en el banco comienzan a ganar terreno. Uno de ellos de Ignacio Fernández: las imprecisiones y las malas decisiones lo conllevan a ser una de las primeras variantes, ante Juan Fernándo Quintero. Este último fue partícipe de jugadas que finalizaron el goles y junto a su juego, el equipo toma una dinámica más fina en tres cuartos en adelante, dándole asistencias más efectivas o claridad en esa zona.
Otro caso es el de Gonzalo Montiel, el central que desde hace tiempo viene jugando de marcador de punta es un problema para el sector defensivo. Quizás esto se deba a que deja espacios cuando marca o cuando retrocede deja expuesto a su compañero de zaga. Hoy en día este sector es el más desprotegido de todo el equipo, junto con la posición de tres en el sector contrario del campo de juego. Para ambos puestos hay escases de variantes, inclusive improvisando con Mayada en esos dos lugares.
Enzo Pérez no está exento de esa problemática, hoy se encuentra en un duelo personal porque sus objetivos no sólo están en rendir bien en River. Además su mirada está puesta en la lista que pelea junto a Armani para estar en el Mundial y más porque en la última convocatoria su nombre no estuvo, algo que terminó siendo un mensaje del propio entrenador. El jugador está en una disputa física por terminar todos los partidos, de esta gran seguidilla, para ganar ritmo luego de hacer una pequeña pretemporada en el parte por la última fecha FIFA.
Más allá de todas las observaciones, el equipo de Gallardo recuperó algo importante desde aquel 14/3, la fortaleza mental para sacar adelante una serie de partidos. A pesar de haber ganado unos cuantos resultados justos, otros fueron gracias a los golpes en los momentos justos, como contra Racing o Emelec en Guayaquil. Las individualidades, como Santos Borré, Quintero o Palacios, fueron más que las sociedades generadas y gracias a ello fue aumentando así la racha de resultados positivos a favor del ‘’Millo’’.
Estamos a poco menos de un mes de finalizar la primera etapa del año: los objetivos en ambos planos están presentes y con la intención de cumplirse. En el campeonato local, la vara está puesta en alcanzar los puestos de Copa Libertadores, sobre todo porque se sabe que la Copa Argentina no tendrá el mismo nivel de dificultad que el año pasado. Dentro del propio certamen internacional estará en buscar un resultado positivo, en el encuentro del jueves para sellar la clasificación a la próxima fase.
El grupo de River fue bastante particular, sobre todo porque hasta la fecha pasada con el encuentro del ‘’Millo’’ vs Emelec, ningún equipo había podido ganar en condición de local. Las dos únicas victorias en el total de seis encuentros, hasta el momento, habían sido por parte de Flamengo y del equipo de Gallardo en condición de visitante, ambos se concretaron en tierras ecuatorianas. La victoria será vital en la lucha del grupo porque en la última fecha, el encuentro se definirá entre el equipo de Brasil y el argentino en el Monumental.
Los muy buenos números después del partido contra Boca fueron determinantes para marcar el rumbo del equipo. Desde allí, los buenos puntos del equipo comenzaron a mostrarse: la fortaleza mental, las individualidades como los aspectos colectivos que se vieron a lo largo de todos estos partidos. Hoy en River se respira un poco de paz luego de la tormenta previa al mencionado partido, revirtió su imagen y tuvo un súperefecto.
22:26.
29/4/18


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