Las dos caras de la moneda

El miércoles pasado, River volvió a sacar nuevamente ese perfil que los equipos de Gallardo o en este caso de Biscay demuestran en cada serie de copa internacional. La situación necesitaba que era el momento justo para dar un cambio a los jugadores dentro de la cancha, sobre todo porque hacían todo lo necesario para ganar. Aunque faltaba lo más importante, lo que se necesita para salir en la tapa de los diarios al día siguiente: los goles, parecía una larga maldición que no podía concluirse, inclusive acumulando situaciones para hacerlo.

La serie contra Racing cerró una gran noche para el equipo riverplatense porque no le faltó nada: ganó el partido desde todo punto de vista. Desde el juego, las oportunidades de gol y los momentos justos para poder golpear a un rival que se vio deslucido a diferencia del partido de ida. Esto último fue reconocido por el propio entrenador que dijo sentirse decepcionado porque su equipo no dio el 100%, inclusive el resultado fue tal que se descartó la posibilidad de apelar a la sanción de Zuculini por las fechas pendientes.

Por otro lado, la contra cara de todo terminó siendo el partido por el torneo local: River volvió a empatar por cuarta vez y no puede sumar su primera victoria en la Súperliga. Por el momento sigue perdiendo el terreno, justamente ante la ‘’Academia’’ que pudo ganar su compromiso ante Rosario Central. Lo cierto es que estos días de inactividad por la fecha FIFA sólo servirán para ponerse al día con las deudas pendientes con los amistosos y con la Copa Argentina, en esta competencia se jugará con varias bajas por la selección.

El empate contra San Lorenzo tuvo un poco de todo: fortuna por el penal no cobrado a Enzo Pérez, la ventaja parcial con el gol de Quintero. Luego con la fallida definición de Martínez, en el complemento, San Lorenzo comenzó llegar con más contundencia y el partido se definió en una falla durante una jugada de pelota parada. El resultado final terminó siendo positivo para el equipo de Gallardo, porque se notó la diferencia física por el desgaste en los últimos instantes del compromiso.

El descanso servirá para terminar de reponer a los jugadores lesiones, caso de Fernández que estuvo a nada de tener una distensión. También para seguir afinando los rendimientos de Scocco, Mora ya que ambos llegaron al límite en el partido contra Racing, es así que terminaron siendo suplentes e ingresaron en lugar de los delanteros titulares. ¿Cuál es el primer compromiso a corto plazo? Este domingo por la Copa BBVA Francés, partidos pendientes que quedaron con el viejo sponsor de River.

Para no perder el ritmo, la semana que viene el equipo seguirá su rumbo en la Copa Argentina frente a Platense por la instancia de los octavos de final. Ahora con varias bajas importantes, casi todas con nombres que tienen un papel destacado dentro del equipo: Quintero, Armani, Palacios y Gonzalo Martínez. A pesar de enfrentar a un equipo inferior en cuanto a categoría, esta competencia es una de las dos únicas ventanas que tiene el ‘’Millo’’ para poder ingresar a la próxima Copa Libertadores, ambos solamente siendo campeón.

Como si fuera poco, después de la fecha FIFA quizás se venga la etapa más competitiva de River: enfrentar a San Martín en el Monumental, para recuperar los puntos perdidos. Luego se vendrá el plato fuerte: la primera etapa del duelo contra Independiente en condición de visitante por la Copa y después el único Súperclásico ante Boca. En un calendario apretado, además de rivales de consideración, el equipo no deberá perder terreno por en los dos casos podría terminar con una desventaja para afrontar tanto el compromiso de vuelta como los puntos por el torneo local.

El equipo todavía no encuentra equilibrio, en ambas competencias: aunque sean panoramas distintos, en el medio las lesiones o cuestiones extra deportivas lleva a Gallardo a improvisar. Hay dos caras dentro de una misma moneda: el equipo ‘’copero’’ que viene demostrando buenas imágenes y el otro del torneo local que repite los mismos patrones que los campeonatos anteriores. Derroche de puntos que lo llevan a las últimas instancias a tener poco margen de error y en algunos de esos compromisos termina pagando caro.