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Tenemos que creer

  • Iván Andrés Valdés
  • 27 oct 2018
  • 4 Min. de lectura

El partido ante Gremio fue la primera vez, después de un buen tiempo, que River no se encontró en todo sentido y terminó pagando caro con el marcador. Desde el juego, la forma de encarar el partido, inclusive fue superado en varias oportunidades por el planteo que la visita hizo en el Monumental. A pesar de haber dado una imagen tan pobre en estos primeros 90 minutos, algo positivo se puede sacar: es la primera vez en toda la copa que el equipo de Brasil tuvo menor cantidad de precisión con los pases (51%).

Las primeras impresiones a los pocos segundos seguramente fue: ‘’la tenemos complicada de visitante’’, más porque el rival es el más fuerte de los cuatro. Sin embargo, a pesar de no tener el mejor panorama, el primero en dar tranquilidad fue Gallardo con su frase ‘’que la gente crea porque tiene con que creer’’. Fue el punto de partida para que las esperanzas de poder remontar la serie puede ser posible, al menos porque Gremio no pudo sentirse bien y ser el equipo que se acostumbró a ver.

Hoy claramente el equipo que ganó ante Aldosivi fue uno completamente alternativo, salvo por los nombres de Armani, Fernández, Enzo Pérez y Pratto. Luego los jugadores, que estuvieron en el partido de ida, ni si quiera vieron el banco de suplentes porque se los reservó directamente para la revancha. De panoramas complejos el equipo y su entrenador entienden, aunque ahora la realidad es diferente y el rival puede ser el más complicado de todos.

Uno recuerda directamente la serie ante Cruzeiro, un 1 a 0, el rival demostró un poco más ante un River apagado luego de la serie ante Boca por el gas pimienta. Sin embargo en el partido de vuelta jugó sus mejores 90 minutos en el plano internacional, vapuleando a un rival que mostró una cara completamente distinta en menos de una semana. Algunos partidos también obligaron a cambiar los esquemas por ser casos extraordinarios o por necesidad ante la pérdida de algún jugador, sin ir más lejos: Enzo Pérez de cinco ante Racing.

A pesar de no mostrar la mejor imagen, lo positivo de River se vio a en los últimos minutos del primer tiempo y al poco tiempo del final cuando el ataque empezó a tener actividad con los creativos. Uno de los caudillos de Gremio como Kannemann se perderá la vuelta y es una ventaja para los delanteros que tendrán la tarea difícil de desgastar a la dupla central. Ahora la duda, al menos para los que seguimos de cerca al ‘’Millonario’’ será como formará en el partido más importante del semestre, al menos hasta el momento.

Las claves para no tener comodidad se dieron en dos segmentos de la cancha: el mediocampo y los delanteros. Con el primero se pudo a ver a Quintero y Martínez con falta de presencia en gran parte de los noventa minutos, obligando a avanzar a los tumbos ante una barrera defensiva. Luego con Scocco y Santos Borré, la pelota quedó a espalda del arco rival, ‘’Nacho’’ no tuvo su mejor noche ya que tuvo que bajar algunos metros atrás, mientras que el colombiano hizo un desgaste que poco sentido tuvo.

Los rendimientos justifican que las únicas jugadas de peligro fueron dos disparos de media distancia de Palacios, ambos en el primer tiempo, un tiro libre de Quintero, entre los más destacados. Pero la más importante fue el cabezazo de Maidana que se fue a pocos metros del arco, inclusive dejando atrás la marca de Kannemann y llegando sólo para concretar la jugada. Para algunos el resultado fue mucho regalo para Gremio, mientras que para otros el resultado es justo porque aprovechó la debilidad de River, ganando en la única jugada clara.

¿Qué presentará Gallardo el martes? Todavía falta mucho y poco a la vez, pero por la lista de concentrados llevará lo mejor, aunque no sabemos si hará algún cambio de sistema de nombres. El principal punto fue la pérdida en mitad de cancha, el equipo se caracteriza por tener buen juego y al tener que saltar la línea del medio campo, el trabajo de los delanteros fue más. Primero porque necesitaban recibir la pelota y segundo porque no tuvieron el acompañamiento de Martínez o Quintero para golpear la línea solida de la defensa.

El River de Gallardo conoce de los milagros, o para otros de la remontada deportiva porque ya las tuvo. El desafío está presente ante un Gremio que no perdió de local y que es el segundo equipo menos goleado en esta copa, porque el primero es el ‘’Millo’’. A pesar de tener la ventaja parcial, necesitará de un gol más para poder complicarnos la ecuación y nosotros necesitamos del gol para poner las cosas en cero. Ambos son complicados, la noche será favorable al conjunto que esté más lúcido.

Hay motivos para creer la remontada, sólo hay que aprovechar los puntos débiles del rival como mencioné anteriormente. La ausencia de Kannemann, la floja efectividad con los pases y los errores que cometieron en los pocos momentos que River lastimó. El panorama no será para nada favorable, para la distancia entre la igualdad está solamente a un gol, y para dar un nuevo paso será por medio de una victoria sin recibir nada en contra.

Pero lo más importante de todo, nuestro entrenador nos da confianza para creer.

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