Súperclásico: el partido sucio
- Iván Andrés Valdés
- 18 nov 2018
- 4 Min. de lectura
La primera final entre Boca y River se cerró hace una semana con un empate de 2 a 2, concretando así una serie que estará más abierta que nunca. El siguiente compromiso será dentro de seis días, los últimos 90 minutos que paralizará al país de la misma manera que fue en la idea. Allí, Boca tendrá la oportunidad de cortar unos cuatro años maleficios ante un equipo de Gallardo o River concretará un nuevo logro con ‘’Napoleón’’ en el banco de suplentes. Pero sin embargo, el duelo se está dando por otro sector: el mediático que hace desplazar el eje central del juego.

El partido de ida fue un récord histórico para la cadena televisiva de Fox Sports: en Capital Federal, el 43% de las personas estaba mirando las señales de Fox y Fox Premium. Además pudo encontrar gran cantidad de audiencias en el resto del continente, por ejemplo en Colombia, el 16% estuvo mirando la final, seguido por Perú que logró alcanzar el 10% de gente sintonizando esa señal. Eso fue la antesala de lo que se vendrá, por el Monumental será el epicentro del partido más importante de la historia de fútbol, a nivel de clubes.
Sin embargo, después del empate y del análisis en caliente de todas las jugadas, incluyendo los goles, comenzó a difundirse un video que fue tema, innecesario durante toda la semana. Marcelo Gallardo cantando desde las instalaciones de la concentración, dentro del predio del Monumental, junto con los hinchas que estaban a la par, entonando diferentes tipos de cánticos de cancha. Ese fue el punto de partida para una serie de comentarios por parte de distintas figuras que desataron una movida y un movimiento por parte de los medios.
¿Por qué se centraron en el video? No fue el inicio de esa escena y tampoco el final. Gran parte de las personas se fueron allí porque sabían que el entrenador se quedaba a mirar los 90 minutos más dolorosos, lejos de sus jugadores y sin entrar el vestuario. Como si se tratase de un barrabrava con derecho de admisión. En la conferencia del viernes, el afirmó que existe una devolución constante entre los riverplatenses y ellos, la situación, por ende la situación ameritaba una respuesta.
Ahora preguntamos ¿Eso es sentirse ganadores o con una ventaja? La respuesta siempre fue un NO. Esta final es distinta a las otras que los equipos de Gallardo tuvieron, y los hinchas fueron un factor determinante para los rivales que vinieron a jugar al Monumental. Fue el caso de Atlético Nacional, que prefería jugar con Boca porque ellos ‘’imponían más miedo’’, pero que luego fue reconocido después de perder, lo mismo pasó ante Tigres, el equipo que nos dio vida y que enfrentamos en la final de la Libertadores del 2015.
A pesar que todas las finales son distintas, todavía mantenemos algo: la fortaleza mental para revertir situaciones adversas a nivel colectivo, esto fue visto en la serie ante Independiente, Gremio y al remontar dos resultados desfavorables ante el ‘’Xeneize’’. Todo dependerá de esa fortaleza para construir el camino que nos lleve a un resultado positivo, además de la recuperación de algunas piezas claves dentro de la estructura de nuestro equipo. Ponzio, ya con el alta médica, comenzó con los trabajos de para estar a punto, aunque la noticia sigue siendo Ignacio Scocco que recién empezó con algunos trabajos en pelota.
El justificativo llegó este viernes, por parte de Marcelo Gallardo luego del entrenamiento que se realizó ese mismo día. En pocos minutos se logró despejar todos los comentarios emitidos por ‘’periodistas’’ y distintos ex jugadores que tenían la vara de ‘’River se siente campeón’’. Sin más palabras, el afirmó que la gente bancó al equipo previo a una final, tanto el sábado como domingo y la situación ameritaba devolver ese saludo y que eso no era motivo para que Boca ‘’tenga rabia’’, porque sabe que tiene un partido más para definir la situación.
En una declaración de menos de un minuto, el entrenador tiró a la basura editoriales de minutos, programas de horas y miles de llamadas de gente externa que dio su opinión. Volvió a dejar el barco en el mismo lugar de siempre, luego de tantos días de alimentar algo que no fue. River llega a la final de la misma manera que lo hizo en las otras oportunidades: en silencio, aislado de todos y preparando un partido que solamente 22 jugadores podrán estar desde el inicio, sin dejar de lado a los 70.000 hinchas que estarán presentes en el Monumental.
El otro partido sigue embarrando esta mega final, junto a la decisiones anti futbolísticas de la CONMEBOL, los comentarios de gente ajena a todo. Esta será una mancha más al tigre, pero sin embargo, todo estará por verse el sábado a partir de las 16. Allí, River y Boca irán a todo o nada, por una página especial en la rica historia de ambos, uno ganará y otro perderá, pero todo quedará ahí porque esto es un deporte. El mundo nos mira, para eso deberemos poner un partido que esté a la altura y que quede en el recuerdo de todos.


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