Me verás volver
- Iván Andrés Valdés
- 20 mar 2019
- 3 Min. de lectura

Un jugador que es bastante particular, siempre dio que hablar desde la primera vez que fue nombrado en River hasta el último fin de semana. Un profesional que poco tuvo que demostrar para dar a entender que estaba a la altura de nuestra camiseta y que inclusive sufrió el ataque ‘’basura’’ por su vida por fuera de las canchas. Hasta el domingo pasado era el As de espada del equipo, probablemente la compra más barata junto a Pratto en lo que respecta esta última generación de jugadores que fueron campeones de la Libertadores.
El paso de Quintero, el jugador colombiano número 14 en vestir la banda, quizás sea uno de los más exitosos de toda esa camada de personas que vienen desde la tierra ‘’cafetera’’. Su nombre quedó grabado en la final más importante en la historia de la Copa Libertadores, mostró su mejor cara en el Mundial que se disputó el año pasado y desde Europa volvieron a fijar su mirada en él. Quizás sea el ejemplo de la persona puede hacer fácil lo difícil, su manera de visualizar el juego es un privilegio de pocos y su fútbol cada vez desaparece cada vez más.
Las últimas horas fueron muy difíciles para el mundo River, ya sea desde el seno del plantel como de los propios hinchas que fueron testigos de la peor noticia. Una cambio por molestia un golpe en la rodilla que luego fue un esguince y derivó en una rotura de ligamentos de la rodilla de su pierna izquierda. La misma lesión que su compatriota Falcao tuvo en el momento que comenzó a brillar en el club, hace más de una década y en mitad de 2014.
¿Qué pierde el equipo de Gallardo con la salida de Quintero? Un arma en las jugadas de pelota parada, sobre todo por sus últimas actuaciones desde diciembre hasta el domingo pasado. Una opción clara de asistencia a los delanteros y un nexo entre los volantes de ataque con los delanteros, sin considerar el juego por ambas bandas. Pierde la persona que es eje de referencia en las jugadas ofensivas y, como mencionamos antes, alguien que puede tener un amplio panorama para ver el pase.
Probablemente el paso más grande sea volver, atravesar un proceso largo que empezará el jueves por la tarde/noche cuando la operación termine. Será retomar un actividad que para todos o gran parte de nosotros es común: caminar, trotar para después correr con todo lo que implica para un jugador de fútbol. En anhelo de todos es volver a ver su zurda en acción, sus gambetas que dejan pasar de largo al rival o las pausas que nadie espera en pleno ataque.

El camino es largo, pero cada día, hora, minuto y segundo que pasa hace que cada vez falte menos para volverlo a ver. Por lo que hizo, por lo que hace y por lo que hará en un futuro. La caída es dura pero el resurgimiento será más fuerte. El destino quiso que las grandes páginas de Quintero en River tengan una pausa, quizás porque todavía no digerimos todo lo que pasó el año pasado o no nos anticipamos lo que está por venir.
Dueño de una forma de jugar, amado por los propios y por los extraños. Como mencionaba algún relator español en aquel 9/12: ‘’el autor del gol más importante de todos los tiempos, para River, para Argentina’’. Quizás fue la forma más cinematográfica de describir aquella acción del 2 a 1 en el Bernabéu, algo que pasó de la pantalla grande a la realidad.
‘’Me verás volver’’, como dice la canción de Soda. La fecha todavía es una incógnita, pero sabemos que falta menos. La pelota por el momento lo va a extrañar y nosotros también, porque es irremplazable, aunque Gallardo siempre nos inculca la idea que en un equipo son 11 jugadores y todo un plantel los que consiguen resultados u objetivos.
¡Fuerzas, Juanfer!
21:30 - 20/3/2019


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