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Un impasse

  • Foto del escritor: rivermibuenamigoarg
    rivermibuenamigoarg
  • 23 ago 2021
  • 4 Min. de lectura

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De los últimos siete partidos, sólo ganó uno.

River atraviesa un momento incómodo que empezó con los resultados y ahora se trasladó al aspecto futbolístico, uno de los puntos fuertes de este ciclo. Las recientes eliminaciones dejaron al equipo con un solo frente disponible para pelear y así asegurarse la clasificación a la próxima Copa Libertadores. Lesiones, bajas en el mercado de pases junto a rendimientos que están por debajo de lo habitual son los puntos que Gallardo sufre a esta altura del año.

El equipo no perdió la parte esencial que lo caracterizó a lo largo de esta era: una idea de juego y una mentalidad que no se cambia. Eso se pudo ver en la eliminación de la semana pasada en Belo Horizonte, los jugadores intentaron buscar el arco rival a pesar de estar cuesta arriba en la serie. Aunque estén esos dos pilares fundamentales, mencionados anteriormente, no se pueden obtener los resultados que se esperan por otras cuestiones.

Es normal que un equipo pueda tener rendimientos bajos, tanto en los transcursos de los partidos o en un lapso de varias fechas. Esto último es algo que el fútbol argentino nos tiene acostumbrados, pero en River se dieron en determinados momentos del ciclo de Gallardo al frente del club. Periodos del 2016 cuando aquel plantel campeón de América se desintegró, también puede incluirse el final del 2017 y principios del 2018 antes de ganar la Súpercopa a Boca.

En esos procesos de reconstrucción surgieron jugadores que ocuparon puestos de otros que se fuero no tuvieron bajo rendimiento. Ahora, se está por atravesar el inicio de esa reconstrucción que ya se vivió. En medio, el club necesita uno de los pases para poder clasificar a la siguiente Libertadores por medio de la obtención del torneo o estar entre los equipos que más puntos acumulen.

Una vez finalizado el partido contra Gimnasia, Matías Suárez y David Martínez no escaparon a la autocrítica reconociendo el flojo nivel. El delantero expresó lo siguiente: "Tenemos que seguir trabajando para volver a conseguir lo que somos, lo que éramos, no tengo dudas de que lo vamos a poder hacer’’. A nivel colectivo se pudo apreciar las mismas sensaciones a través de gestos de disconformidad o con el video viral de Zuculini llorando tras ser reemplazado.

La eliminación contra Atlético Mineiro dejó expuesto una falencia que está costando revertir: la ausencia de jugadores claves que no se pueden reemplazar. La salida de Montiel, la ausencia de Enzo Pérez por sanción, o la lesión de Angileri actualmente son y fueron determinantes. Actualmente, River está en el dilema de probar nombres para ocupar dos puestos en mitad de cancha que acompañen a De La Cruz y Pérez.

La danza de apellidos dio vueltas: Zuculini, Paradela, Carrascal, Simón, Galván fueron algunos de los que tuvieron minutos en los últimos partidos. Aun así, no hubo respuesta futbolística salvo por determinados segmentos de los partidos que no se pudieron sostener para poder marcar la diferencia. Los rendimientos no llegaron a cumplir expectativas y por ello, Gallardo decidió dar minutos a los juveniles, incluso por encima de algunas incorporaciones como Palavecino.

River no pudo reemplazar a jugadores que fueron piezas claves en ese sector de la cancha, sobre todo con la partida de Ignacio Fernández. El puesto del ex mediocampista del club es el lugar que más sufre, sobre todo para generar ideas en ataque y buscar asociaciones para consolidar el ataque. Hoy en día, ese rol fundamental lo ocupa Nicolás De La Cruz pero es una rueda de auxilio, aunque una individualidad no siempre puede salvar a un equipo que se vale de actuaciones colectivas.

La defensa también es un tema de discusión, con la pérdida de jugadores claves como Angileri y Montiel se perdió mucho peso tanto en ofensiva como en la defensa. Esos puestos entrarán en un proceso de transición, sobre todo en el puesto que dejó Gonzalo porque su reemplazante natural será Vigo, jugador que tuvo pocos minutos. Milton por su lado alterna rendimientos cambiantes, aunque supo mostrar rendimientos altos antes de la llegada de Fabrizio.

Un futuro de humo

Con los malos resultados a cuesta y dos de los tres objetivos agotados, el periodismo deportivo en general ya empieza a hablar de una continuidad de Gallardo ¿Le falta poco a este ciclo? ¿Podrá seguir con la misma línea de la actual dirigencia o una opositora? Esas fueron algunas de las preguntas que ya se plantea un sector que también tuvo la oportunidad de recordar alguna conferencia a principios de años donde Marcelo pedía saber si todos estaban en la misma sintonía.

Como hace 5 años, la respuesta siempre será la misma: el balance se hará cuando termine la temporada y la respuesta estará a la vista. Mientras tanto, River puede tener un camino disponible, que es rearmarse y volver a formar una formación sólida a partir de una columna vertebral. No hay fin de una era, si de un equipo que tiene que renovarse porque no perdió la mentalidad, la idea de juego, si perdió pilares y falta de un buen rendimiento colectivo.

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